¿Alguna vez te has preguntado por qué actúas, piensas y sientes de la manera en que lo haces? La respuesta reside en gran medida en nuestros sistemas de creencias, esos cimientos invisibles que sostienen nuestra visión del mundo y moldean nuestra experiencia.
Vamos a hacer un acercamiento para comprender la naturaleza de las creencias, su origen, su impacto en nuestras vidas y, lo más importante, cómo podemos modificarlas para alcanzar el bienestar y la plenitud.
¿Qué son las creencias?
Las creencias son ideas o convicciones que albergamos sobre nosotros mismos, el mundo y las personas que nos rodean. Funcionan como filtros que colorean nuestra percepción de la realidad, determinando en gran medida cómo interpretamos las experiencias y tomamos decisiones. Los sistemas de creencias son como pilares invisibles que sustentan nuestra manera de pensar, sentir y actuar.
¿De dónde salen las creencias?
Se forman desde que nacemos, a lo largo de la infancia. El mecanismo muy simplificado sería algo así: Vives una experiencia, sientes una emoción, piensas algo, sacas una conclusión que tiene sentido para ti en ese momento y circunstancia, que pasa a ser una creencia, es decir, una convicción. Todo esto acontece en una compleja interacción de factores: nuestras experiencias personales, la educación recibida, las relaciones con familiares y amigos, y la cultura en la que nos desenvolvemos.
¿Por qué son importantes las creencias?
Son un orientador que se activa cuando tomas decisiones, provocando emociones y comportamientos en diferentes situaciones. Tus sistemas de creencias pueden ser adaptativos, impulsándote hacia el éxito y la felicidad, o desadaptativas, limitándote y saboteando tus objetivos y bienestar. Poseen un poder significativo en nuestras vidas, influyendo en nuestras emociones, comportamientos y decisiones.
¿Oíste hablar del efecto Pigmalión?
Muuuy resumido, sería algo así como que cuando realmente crees algo, casi sin querer haces cosas para que ocurra. Cuando estas expectativas son positivas, por ejemplo si creo que en una fiesta a la que voy a ir, voy a divertirme muchísimo, es muy probable que me encuentre animando a los demás y desplegando alegría, bailando y conversando animadamente, provocando también en los demás que se plieguen a mi energía. Conclusión: “sin querer” es decir de una manera no deliberada, termino haciendo que sea una experiencia súper divertida no sólo para mí, sino para los demás también”
¿Se pueden cambiar los sistemas de creencias?
¡Claro que es posible! Requiere de tu determinación para hacerlo, disponibilidad para reconocerlas, y atreverte a construir una nueva manera de vivir, que surgirá bajo nuevas creencias.
¡Sólo debes tener presente que la mente no tolera creencias que sean contradictorias entre sí! Entonces es probable que construyas una nueva y maravillosa perspectiva armónica con tu realidad actual: ¡Unos nuevos cristales para ver y significar la vida!
Creencias adaptativas vs. creencias desadaptativas
Las adaptativas nos impulsan hacia el éxito y la felicidad, en un marco de coherenciay armonía con nosotros mismos, mientras que las desadaptativas nos limitan, retrasan nuestros objetivos y obstaculizan nuestro bienestar.
Identificando nuestras creencias
El primer paso para modificar nuestras creencias es tomar conciencia de ellas. Un ejercicio útil consiste en reflexionar sobre las ideas recurrentes que tenemos sobre nosotros mismos, el mundo y los demás. Una vez identificadas, es crucial evaluar si nuestras creencias son adaptativas o desadaptativas. Para ello, podemos preguntarnos:
¿Esta creencia me ayuda a alcanzar mis metas y objetivos?
¿Es rígida o flexible?
¿Es antigua y nunca la revisé, o está actualizada a mi presente?
¿Coincide con mis principios y valores actuales?
¿Me hace sentir bien o mal conmigo mismo?
¿Me permite relacionarme de manera sana con los demás?
Modificando creencias limitantes
Si descubrimos que algunas de nuestras creencias son desadaptativas, ¡no hay que desesperar! Es posible modificarlas con determinación y a veces con acompañamiento profesional. La RTT® es de las mejores las herramientas para revisar el origen de creencias desadaptativas o desactualizadas, y cambiarlas de raíz.
Fortaleciendo las creencias útiles
Al mismo tiempo que modificamos creencias limitantes, también podemos fortalecer aquellas que nos empoderan. Esto implica cultivar ideas positivas sobre nosotros mismos, nuestras capacidades y el potencial que tenemos para alcanzar nuestros sueños Mucho de esto se cultiva desde la acción: haciendo nuevas experiencias que desafíen viejas creencias como “yo no sirvo para conocer gente nueva” lanzándote a un trekking o viaje grupal donde te propones conocer personas y regresas con nuevos contactos agendados en tu móvil.
El poder de las creencias
Las creencias tienen un poder transformador inmenso. Al comprenderlas y modificarlas conscientemente, podemos tomar las riendas de nuestras vidas, construir relaciones más sanas, alcanzar nuestras metas y crear un futuro más próspero y feliz.
¡Comparte este artículo con tus amigos y familiares para apoyarlos en su viaje hacia el bienestar y la transformación personal!

