Elegir es el ingrediente clave en la toma de decisiones, y cada vez que concretas eso que has resuelto, vas delineando tu identidad, lo que te define en cada etapa de tu vida. Incluso cuando decides soltar el control y permitir que el azar se ocupe de resolver algunos aspectos, esa es a su vez una elección que también moldea tu camino. Si analizas tu vida actual, notarás que tu situación presente no es más que el resultado directo de las decisiones que has tomado anteriormente, como ese día que decidiste ir a esa segunda cita en la que te atreviste a darle una oportunidad a esa relación con quien luego se transformó en tu pareja, cuando te embarcaste en ese viaje que dudabas si hacer o no en el que transformaste la manera en que te ves a ti misma/o; lo que quiero expresar con esto es la profunda conciencia de que lo que hagas a partir de ahora ya sabes que determinará tu futuro.
Tus hábitos, por ejemplo, tienen un impacto profundo en tu calidad de vida: desde la alimentación, que puede ser una fuente de energía o una carga tóxica, hasta el nivel de actividad física o sedentarismo que eliges. También tu vestimenta refleja quién eres y cómo decides presentarte al mundo, mientras que tu estilo de vida abarca dónde vives, qué compras, cómo te desplazas y qué consumes en términos de noticias, entretenimiento y cultura. Las decisiones se extienden a tu vida personal y social, las características de tu relación de pareja y los círculos sociales que escoges, como también la posición que adoptas en tus vínculos familiares.
Y hay una esfera de decisiones que destaca por su importancia: es la preferencia de cómo responder en tus interacciones diarias. Tienes la opción de hacerlo con amabilidad, gentileza, cortesía y humanidad, o de hacerlo con irritabilidad, agresión o violencia. La forma en que eliges contestar no solo afecta la situación inmediata, sino que también tiene repercusiones en tu experiencia emocional y en cómo te perciben los demás.
Tener opciones es siempre una oportunidad para hacer cambios y dirigir el rumbo de tu vida. Cada opción implica dejar de lado otras posibilidades, y esas resoluciones van moldeando cada aspecto de tu existencia. Por eso, te invito a ser cada día más consciente de tus resoluciones y del papel protagonista que tienes en la creación de tu vida. Porque, en definitiva, eres plenamente responsable del camino que trazas para ti mismo.

