Si quieres ser el mejor padre, desarrolla estas cualidades y ¡disfruta de la impronta que estás dejando!
1. Amor de padre = incondicional
Sin importar las circunstancias o los errores que cometan los hijos, expresarlo a través de palabras, acciones y gestos que transmitan seguridad, apoyo y aceptación, ofrece un entorno de seguridad para desarrollarse en la vida.
2. Comunicación efectiva
La comunicación abierta y honesta es fundamental para construir una relación sólida con nuestros hijos. Aprender a escucharlos con atención, comprender sus emociones y expresar nuestros propios sentimientos de manera adecuada, es una habilidad muy valiosa para toda la vida, y que genera una cercanía maravillosa.
3. Paciencia y comprensión
La crianza requiere grandes dosis de ellas, ya que los niños aprenden a su ritmo y cometen errores. Necesitan nuestra guía y apoyo constante. Un padre paciente sabe esperar y regularse en la espera, brinda el soporte necesario sin juzgar ni criticar.
4. Responsabilidad y compromiso
Ser padre es asumir la responsabilidad del bienestar físico, emocional y social de nuestros hijos. Proveerles lo necesario en cuanto a alimentación, vivienda, educación y salud. Y también es estar la presencia activa en sus vidas para que sepan que cuentan con papá cuando lo necesitan.
5. Disciplina positiva
La disciplina es esencial para enseñar a los niños los valores y límites necesarios para desenvolverse en la vida. Establecer reglas claras y consistentes, y aplicarlas con firmeza y amor, es la base de una disciplina positiva, Enfocada en reforzar las conductas adecuadas y vivenciar las consecuencias naturales de las acciones, sin castigar.
6. Valores
Un padre es modelo a seguir si se comporta de manera honesta, responsable, respetuosa y compasiva, sus acciones y actitudes tendrán ese impacto profundo en el desarrollo de nuestros hijos. Por supuesto, lo mismo ocurre a la inversa… y los valores no se explican, se viven.
7. Apoyo total
Un padre es el mayor apoyo de sus hijos cuando cree en ellos, los anima a conectar y perseguir sus sueños, presente cuando lo necesiten. El apoyo emocional y la confianza en ellos son fundamentales para desarrollar una sana autoestima desde el bienestar.
8. Respeto mutuo
Esencial en cualquier vínculo, lo es mucho más en la relación padre-hijo. Respetar a los hijos como individuos, que tienen sus propias ideas, sentimientos y opiniones., fomentando el diálogo abierto fortalece los lazos familiares y la confianza.
9. Empatía y asertividad
Un padre empático busca experimentar lo que sienten sus hijos para acompañarlos en sus dificultades. A su vez, la asertividad habilita a expresar necesidades y opiniones de manera clara y respetuosa, sin ser agresivos ni sumisos.
10. Inteligencia emocional
Identificar, comprender y gestionar las emociones propias y las de los demás, regular las propias emociones y ser un modelo de habilidades emocionales saludables permite a los hijos confiar en que pueden afrontar situaciones difíciles, regular sus impulsos, construir relaciones sanas y fortalecerlas.

